Meditación de Amitābha
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Meditación de Amitābha
por Sakya Paṇḍita Kunga Gyaltsen
¡Al guru y a Mañjughoṣa, les rindo homenaje!
Del texto Las Buenas Acciones:
Cuando me llegue el momento de morir,
Que todo lo que me oscurece se desvanezca, así
Que pueda mirar a Amitābha, allí en persona,
E ir de inmediato a su tierra pura de Sukhāvatī.
¡En esa tierra pura, que pueda realizar cada una de todas estas aspiraciones!
Usando esta declaración como base, aquí explicaré una meditación sobre Amitābha.
Cuando te vayas a dormir por la noche, acuéstate sobre tu lado derecho y practica refugiarte y generar la bodhicitta. Imagina que el lugar en el que te encuentras es la tierra pura de Sukhāvatī y visualízate como tu deidad yidam. Considera que ante ti, sobre un loto y un disco lunar está Amitābha, de color rojo, con sus dos manos en el mudrā de la ecuanimidad y sosteniendo un cuenco de lleno de néctar-amṛta. Tiene las piernas cruzadas y está adornado con varios adornos de joyas. Imagina que está rodeado de gurús y, más allá de ellos, budas y bodhisattvas. Realiza mentalmente tres postraciones y recita tres veces la práctica de las siete ramas de la Plegaria de las Buenas Acciones o, si no la tienes, la plegaria de las Diez Acciones Dhármicas que compuse.
Luego, mientras exhalas, considera que tu propia mente se disuelve en el corazón del Buda, fusionándose con él de manera inseparable. Mientras inhalas, considera que una luz se emana del corazón del Buda y, siguiendo el camino de tu habla, se disuelve en tu corazón, de modo que la mente de sabiduría del Buda se fusiona inseparablemente con tu propia mente. Repite este proceso tres veces.
Luego, al final, considera que los budas y bodhisattvas se disuelven en los gurús. Luego, los gurús se disuelven en Amitābha. Amitābha, a su vez, se funde en luz y se disuelve en ti. Tú también te derrites en luz, imaginando que el Buda, la deidad yidam y tu propia mente se fusionan inseparablemente. Recita la siguiente plegaria de aspiración:
Nacida allí en una hermosa flor de loto,
En ese excelente y gozoso reino búdico,
¡Que el mismo Buda Amitābha
Me conceda la profecía que predice mi iluminación!
Duérmete en ese estado, sin permitir que tu atención se desvíe hacia otra parte.
Como resultado de esta práctica, en el futuro, dejarás tu cuerpo atrás, como una serpiente mudando su piel, para renacer milagrosamente de un loto en la tierra pura occidental de Sukhāvatī, donde recibirás las enseñanzas del Dharma de Amitābha, como explicado en el Ratnakūṭa Sūtra.
Esta meditación sobre Amitābha fue compuesta por el Señor del Dharma, Sakya Paṇḍita.
| Traducido del tibetano por Adam Pearcey (2016) y del inglés por Alma Ayón, 2021.