Las instrucciones del Mahamudra
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Las instrucciones del Mahamudra del Ganges
por Tilopa
En el idioma de la India: Mahāmudrā Upadeśaṃ
En el idioma del Tíbet: Chag-gya Chen-pö Men-ngag (phyag rgya chen po'i man ngag)
¡Homenaje a la Gloriosa Coemergencia!
Aunque el mahāmudrā no se puede explicar, sabio Nāropa, has aceptado el sufrimiento y soportado las dificultades con devoción al gurú, ¡así que tómalo en serio, afortunado!
¡Qué desgracia! Mira de cerca los fenómenos mundanos. Como los sueños y las ilusiones, no pueden durar; ya que éstos en realidad no existen. Por lo tanto, renuncien a ellos y abandonen las actividades mundanas.
Habiendo cortado los lazos del apego y la aversión a las personas y los lugares, medite solo en bosques y retiros en las montañas. Permanece allí en un estado natural de no meditación. Cuando logras el no- logro, obtienes el mahāmudrā.
Debido a que la participación en los asuntos mundanos es una causa de sufrimiento sin sentido y no tiene esencia, mira la esencia de la verdad última.
El intelecto no puede ver la verdad que lo trasciende. No descubrirás la verdad más allá de la acción por medio de la acción deliberada. Si quieres alcanzar la verdad que trasciende la mente y el esfuerzo, corta la raíz de la mente y descansa en la conciencia desnuda.
Deja que el agua enturbiada por los pensamientos discursivos se asiente naturalmente. Sin afirmar ni negar lo que surge, déjalo como está. Cuando no hay aceptación ni rechazo, las apariencias se liberan en el mahāmudrā.
Corta la raíz de un árbol vivo, y sus cientos de miles de ramas y hojas se marchitarán. Asimismo, al cortar la raíz de la mente, el follaje del saṃsāra se secará.
La oscuridad de mil eones se disipa con la luz de una sola lámpara. Asimismo, la luminosa claridad de la mente disipa instantáneamente las negatividades y los oscurecimientos acumulados durante eones.
Si los de menor capacidad no pueden permanecer en este estado, deben sostener los puntos clave de los vientos y lanzar la conciencia a la esencia. A través de varias miradas y formas de enfocar la mente, persevera hasta que permanezcas en la conciencia.
Cuando mires en medio del cielo, los conceptos fijos de “centro” y “límite” cesarán. Asimismo, cuando la mente mira a la mente, los pensamientos cesarán y verás la naturaleza de la mente.
Cuando la niebla y las nubes se dispersan en el cielo, no van ni se quedan en ninguna parte. Asimismo, las olas de pensamientos que surgen en la mente se calman cuando la mente se ve a sí misma.
Como el espacio trasciende el color y la forma, es inmutable y no está teñido de blanco o negro. Así también, tu propia mente está más allá del color y la forma, no está contaminada por los fenómenos claros y oscuros del bien y el mal.
Así como la esencia brillante del sol no es oscurecida por la oscuridad de mil eones, la esencia luminosa de la mente no puede ser oscurecida por eones en saṃsāra.
Aunque el espacio puede describirse como “vacío”, el espacio mismo no puede expresarse de esta manera. Del mismo modo, aunque la naturaleza de la mente puede señalarse como "luminosa", no hay base para etiquetarla mediante tal expresión.
En el espacio, ¿qué depende de qué? Del mismo modo, tu propia mente, mahāmudra, no tiene terreno de apoyo. Cuando te relajas en un estado natural inalterado, las ataduras se liberan y, sin duda, estás liberado.
Así, la naturaleza de la mente es como el espacio; no hay fenómeno que no esté incluido en él.
Abandona todas las actividades físicas y descansa tranquilo. Guarda silencio y deja que las palabras sean como un eco. Sin un solo pensamiento, mira la experiencia definitiva que yace más allá de la mente.
El cuerpo no tiene esencia, es como una caña de bambú hueca. La mente, como el espacio abierto, trasciende el reino del pensamiento. Libera tu mente dentro de este estado, sin limitarla ni permitir que deambule.
La mente sin un punto focal es mahāmudra. Al acostumbrarte a esto, alcanzarás el despertar supremo.
La mente es luminosa por naturaleza, desprovista de cualquier punto de referencia. Sin un camino que recorrer, entras en el camino de los budas. Cuando te habitúes a la no meditación, alcanzarás un despertar sin igual.
Trascender toda noción dualista de perceptor y percibido es el punto de vista supremo. Estar sin distracciones es la suprema meditación. No hacer ningún esfuerzo deliberado es el rey de la conducta. No tener esperanza ni miedo es llegar a la realización.
Los cimientos de lo no nacido están libres de los velos oscurecedores de las huellas kármicas. Descansa en la esencia no nacida sin discriminar entre meditación y post-meditación. Cuando reconoces las apariencias como auto proyecciones, los fenómenos producidos por la mente conceptual dejarán de existir.
La liberación completa de todos los extremos es el punto de visión suprema. Ilimitado, profundo y vasto es el principal es la suprema meditación. La permanencia natural y sin esfuerzo es la conducta suprema. La permanencia natural, libre de cualquier esperanza, son los frutos supremos.
Al principio, la mente es como un río que se precipita por un desfiladero. En el medio, fluye suavemente como el río Ganges. Al final, es como un arroyo que vuelve al mar, a su fuente.
Los defensores del mantra secreto y los vehículos pāramitā, el vinaya y otras autoridades no revelarán la luminosidad del mahāmudrā exponiendo sus textos y tradiciones filosóficas.
En una mente que no se involucra y libre de deseos, los pensamientos surgen y desaparecen por sí solos, como las ondas en el agua. Oculta por la marea creciente de deseos, la luminosidad no se puede ver.
Observando los votos conceptualmente, traicionas el punto del samaya real. Ni enfocado en un objeto ni morando en ningún lugar, si no te desvías de la verdad real, el samaya intacto es una luz en la oscuridad.
Si, libre de cualquier deseo, no moras en los extremos, verás el significado de las enseñanzas de Buda, sin excepción. Si prestas atención a esta verdad, serás liberado de la prisión del saṃsāra. Si te acomodas en él de manera uniforme, los velos de negatividad e ignorancia se quemarán. Por lo tanto, se la conoce como “la antorcha de las enseñanzas”.
Las personas tontas que carecen de interés en esta verdad son arrastradas para siempre por los torrentes del saṃsāra, y su miseria nunca terminará. ¡Qué triste que experimenten los dolores intolerables de los malos estados!
Si quieres liberarte de estas penas, confía en un gurú sabio, porque cuando sus bendiciones te inunden, ¡tu mente se liberará!
Cuando confíes en una consorte, surgirá la sabiduría de la dicha vacía, así que entra en unión: la bendición del método y la sabiduría. Tráelo, sostenlo, dalo vuelta y vuelve a subirlo. Llévelo a los lugares del cuerpo y déjalo esparcirse por todas partes. Cuando te mantengas libre del deseo, aparecerá la sabiduría de la dicha vacía.
Como la luna creciente, tu vida se expandirá, si que se encanezca el cabello; tendrás una presencia radiante y la fuerza de un león. Alcanzarás rápidamente los logros comunes y entrarás en el último siddhi.
¡Que este consejo esencial sobre mahāmudrā habite en los corazones de los afortunados!
Esto es lo que le dijo el Siddha Tilopa a Nāropa a orillas del río Ganges. ¡Que sea virtuoso!
| Traducido por Ina Bieler y editado por Kay Candler en 2017. Levemente revisado en 2021. Traducción al inglés © 2021 Ina Bieler. Reservados todos los derechos. (Reproducido aquí con permiso.) Traducción al español por María José Quiroga, 2022.
Bibliografía
Edición tibetana
tai lo pa. "phyag rgya chen po'i man ngag". En bstan 'gyur/ (dpe bsdur ma). Pekín: krung go'i bod rig pa'i dpe skrun khang, 1994–2008. (BDRC W1PD95844).Vol. 26: 1621–1625.